Como en el título de una de sus mejores canciones, George Michael estuvo increible en el concierto que nos ofreció a los madrileños anoche. Hizo bailar al Palacio de los Deportes enterito, sin excepción (o casi) y tambien se puso sentimental con un amplio repertorio de baladas...entre las cuales destacó un emotivisimo Careless Whisper, sin duda el mejor momento del concierto.
Por lo demás, una puesta en escena muy cuidada, con una cortina de luces e imágenes que cubría tambien el suelo del escenario y una especie de tarima donde se acomodaban en varios niveles los músicos. Quizás fue un poco largo en duración, lo cual hizo necesario un descanso de 20 eternos minutos en los que el cansancio de los asistentes se hizo notar. Pero George regresó, con más energía que en la primera parte, para no dar tregua a los pies hasta el fin del concierto, coronado con Freedom cantado a coro por 15.000 gargantas.
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