REVIEW: Harry Potter and The Order of the Phoenix, la Magia ha vuelto!

Dicen que no hay quinto malo y si en el caso de Rocky V no se cumplió, podemos decir que en lo que se refiere a la saga de Harry Potter, el refrán se ha cumplido (y con nota). Y no era fácil. Tal y como les ocurre a los alumnos de Hogwarts durante el quinto curso, la película pasaba por un duro examen: la transición definitiva de las películas para niños, fans de los libros y demás público menos exigente, a un cine bastante más maduro (como la propia historia que cuenta) y que nos prepara para las dos que nos quedan por ver... y que realmente poco tienen que ver con la historia de hadas que fue la 1ª entrega.

En esta (fantástica, en todos los sentidos) Orden del Fénix, el Director David Yates ha conseguido sacar lo mejor de su equipo, empezando por un fantástico guión, dinámico y bien construido, que no deja cabos sueltos ni deja demasiadas preguntas sin respuestas, en una palabra EQUILIBRADO. De hecho, todo en la película está equilibrado: los tiempos, las actuaciones, la música, los efectos especiales y sobre todo el ritmo.

Ese fue el gran problema de la anterior entrega (El Cáliz de Fuego) todo ocurría demasiado deprisa, las escenas se encadenaban atropelladamente, como si las hubieran montado con papel celofán! era todo demasiado burdo...todo lo contrario que La Orden, Yates ha demostrado que se puede condensar un libro mucho más largo que todos los anteriores dando incluso tiempo a los actores a sumergirse en los personajes (a decir cosas con la mirada, a mantener silencios, a interpretar!) y todo esto manteniendo, para deleite de todos, los detalles característicos del Mundo Mágico que parecían relegados a un 2º plano a favor de la acción en la anterior entrega: los personajes mágicos, los cuadros vivos, las fotos, los periódicos, los gatítos del despacho de Umbridge (buenísimo detalle!)... En fin, que volvemos a recuperar la MAGIA, esa magia que transmitía a la perfección la mejor (hasta el momento) película de la Saga: Harry Potter and the Prisoner of Azkaban pero además nos encontramos con una historia mucho más madura (no más oscura como dicen en todos los medios) más sentimental (en el mejor sentido de la palabra) y bastante más compleja.

Vuelven personajes y actores fundamentales como Remus Lupin (David Thewlis) y Sirius Black (Gary Oldman), que rodean a Harry y le protegen no solo de Voldemort sino de sí mismo, en un curso tremendamente duro para el (el único sin embargo en el que no se tiene que enfrentar a algún monstruo que habita en Hogwarts, a excepción de la mala malísima Dolores Umbridge, jeje). Todos los actores jóvenes han mejorado notablemente su trabajo y se les ve mucho más cómodos con sus diálogos (repito que es muy buen guión).

Hay momentos divertidos y entrañables, no solo duelos de hechizos; destacan los momentos en los que aparece Luna Lovegood, uno de los personajes más dulces y carismáticos, interpretado con gran respeto por Evanna Lynch, quien fue seleccionada entre miles de aspirantes en una audición abierta. También destaca el siencero cariño que se profesan Harry y Sirius, lo cual es reflejo de la excelente relación que los dos actores mantienes en la vida real.

En conclusión: FANTÁSTICA. Muy entretenida, muy fiel a sí misma y a los libros de los que bebe. Por primera vez parece que Harry Potter entrará en el hall de los grandes títulos de la historia del cine, y no solo por romper la taquilla. Ahora solo nos queda esperar a la siguiente entrega Harry Potter and the Half-Blood Prince con ganas; aunque no se estrena hasta el 28 de Noviembre de 2008, por lo menos David Yates volverá a dirigirla lo cual es un buen comienzo.